Psicología clínica y deportiva

Un cambio supone constancia, voluntad, y persistencia. Sobre todo si queremos que se mantenga en un largo periodo de tiempo. Para que el cambio sea duradero, necesitamos invertir tiempo y esfuerzo en él, en su planificación, y en su desarrollo. Pero sobre todo necesitamos tener clara su finalidad. ¿Qué deseo cambiar? ¿Por qué quiero cambiar? Y una vez respondidas estas preguntas, la siguiente que nos haremos será ¿cómo voy a llevarlo a cabo? Juntos, podremos descubrirlo.

Cuando hablamos de rendimiento deportivo, nos es imposible aislar el plano físico de un deportista, sino que también debemos abordar sus aspectos psíquicos. Un buen deportista se define por su habilidad o capacidad física, pero no sin ir acompañada de una gran fortaleza mental. La motivación, la concentración y la confianza, entre otros, son aspectos psicológicos que un deportista necesita a la hora de enfrentarse a una prueba o a una competición. Además la presión y el estrés aparecen con cierta asiduidad en las disciplinas deportivas y necesitamos aprender a gestionarlo para que no nos perjudiquen. Esto es posible llevarlo a cabo trabajando con técnicas como la relajación y la respiración o la visualización. ¡Vamos allá!

La ansiedad y la depresión pueden aparecer de manera puntual, breve y moderada, como respuesta a ciertos estímulos que supongan un cambio importante en nuestra vida o ante una situación de cierta complicación e implicación para nosotros. Pero cuando estas emociones son demasiado intensas y no están dando respuesta a un estimulo de nivel similar, decimos que están siendo disfuncionales. Para abordarlas, debemos analizar de donde provienen, porque no son correspondidas y trabajar en su gestión. ¿Te animas?

Las emociones no son tan “buenas o malas”, ni tampoco “negativas o positivas”. Las emociones son emociones, y todas ellas aparecen con el fin de transmitirnos una información. Podríamos clasificar las emociones en “agradables o desagradables”, puesto que algunas de ellas, causan malestar físico o psíquico cuando las transitamos. Por esto, es importante escuchar a nuestro cuerpo y entender de qué nos informa cada una de las emociones que experimentamos, analizar en que situaciones están apareciendo y, lo más difícil, aceptarlas y transitarlas. ¿Me dejas ayudarte a conseguirlo?